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Bar Gran Sportman

La mirada de Mario

Bar Gran Sportman

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Av 18 de Julio 1803

Fundado en 1892, y desaparecido el edificio que lo alojó en sus primeros 87 años de vida, el Sportman continúa defendiendo su esquina, configurando por su larga y rica historia, uno de los cafés y bares más antiguos de la ciudad. Ubicado en una esquina neurálgica de Montevideo, frente a la Universidad y a la Biblioteca Nacional, tiene además el Liceo IAVA y varias facultades en sus cercanías, lo que en un momento llegó a hacerlo conocido como el «Bar de los estudiantes», y hay quienes sotienen que cerca de su apertura ostentaba el nombre de «Bar Universitario». Fue refugio también de mucho de éstos cuando la represión policial de los años previos a la Dictadura. A lo largo de su historia contó con la asiduidad de grandes personalidades del quehacer político y cultural, como -entre otros-, José Batlle y Ordóñez, Claudio Williman, «Maneco» Flores Mora, Felisberto Hernández, Mario Benedetti, y hasta don Jorge Luis Borges se acercaba a tomar un café cuando cruzaba el charco.

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EL CUMPLEAÑOS DE JUAN ÁNGEL

Si bien El cumpleaños de Juan Ángel es publicado en 1971, los reclamos y movilizaciones frente al autoritarismo y la represión desmedida venían ocurriendo ya, por lo menos, desde una década atrás. Con la Universidad, la Biblioteca Nacional y varias facultades en su entorno, aquella zona era un hervidero de estudiantes y de policías de paisano. A veces estos últimos entraban al Sportman a hacer «calentamiento», o simplemente a intimidar. Osvaldo Puente -cuando ya era Juan Ángel, pero él aún no lo sabía-, los veía desde la calle; una postal común de aquellos años.

«desde aquí veo a los diecinueve tiras del sportman tomando sus cortados de rutinas sus grapas con limón» 1

El cumpleaños de Juan Ángel es, a grandes rasgos, el libro que cierra la trilogía de novelas que marcan la evolución del pensamiento de Mario, una suerte de transición de la ética a la política. La tregua habla de un país en descomposición, ante una burguesía entre egoísta y adormecida. En Gracias por el fuego la decadencia de la sociedad es total, pero asoman esperanzadores destellos de consciencia que pueden posibilitar un cambio. En El cumpleaños de Juan Ángel, a la vez que se transmite la intensidad con que se vivía en esos años, se asume el compromiso por la libertad y los valores que el autoritarismo y la corrupción estaban devastando. Escrita en verso, puede decirse que es la novela más experimental de Mario. Dedicada a Raúl Sendic, amigo y fundador del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, se publica simultáneamente en México y Uruguay en 1971 con éxito, motivando en poco tiempo sucesivas ediciones en ambos países. En 1974 se publica en Argentina y dos años más tarde, en Cuba. Está traducida al inglés. 1- El cumpleaños de Juan Ángel, pág. 66

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MONTEVIDEANOS

EL RESTO ES SELVA

Orlando Farías es un escritor uruguayo que encarnó algunas de las experiencias vividas por Mario en Estados Unidos, en 1959, a través del cuento «El resto es selva». En Nueva York, lo invitan a una extraña reunión con intelectuales norteamericanos, y ante una circunstancia que se le antoja extravagante, Orlando piensa para sí una metáfora chistosa, pero evidentemente la confianza no es suficiente como para soltarla allí mismo. El recurso es viajar con la imaginación al Sportman y decirla allí, frente a su rueda de amigos; entonces sonríe. Cuando va a entrar a la reunión, se da cuenta de que todos los invitados se han quitado los zapatos:

«Dentro de los suyos, Farías movió maquinalmente los dedos. Si le llegaban a pedir que se los quitara, simplemente diría que no. No sabía por qué, pero en ese momento sentía que quedarse en calcetines era más indecente que quedarse en calzoncillos o sin ellos. “Ésta es la pornografía del olor”, pensó y no pudo menos que sonreír, imaginando cómo le habrían festejado el diagnóstico en la rueda del Sportman.» 1

Listos para ser publicados en 1955, los cuentos que integraron la primera edición de Montevideanos esperaron hasta 1959 para ver la luz. Ese año, la Editorial Alfa se encarga de publicar los once cuentos, y con ello también de que sea al primer libro cuya edición no sale del bolsillo del autor. En 1961, con prólogo de Emir Rodríguez Monegal y ocho cuentos más, se publica la versión definitiva tal cual permanece hasta nuestros días. El éxito es tal que vuelve a editarse en 1964, 1967 y 1972 por la misma editorial. También se publicó en Cuba en 1968, y en México en 1978. Con el retorno de la democracia se vuelve a editar en Uruguay en 1986. 1- El resto es selva, Montevideanos, pág. 125

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LA BORRA DEL CAFÉ

En La borra del café, el Sportman aparece en varias oportunidades, a veces como escenario de la novela, otras como referencia de personajes. Claudio iba allí a hacer sus bocetos publicitarios, y allí precisamente es que se encuentra con la misteriosa e inquietante Rita, la niña de la higuera que sobrevuela toda la obra y que vuelve a aparecer al final, en un sueño como azafata de un avión y después en el Sportman, dentro del mismo sueño. Otro misterioso personaje es un creador de martingalas para la ruleta, que se acerca a Claudio en el Casino y dice conocerlo del mencionado café.

La borra del café es, en palabras del propio Mario, una de sus mejores novelas: «Es la única que en algún sentido es autobiográfica. O que por lo menos lo es en el envase, pues el protagonista es totalmente inventado pero vive en los barrios donde yo viví. Capurro -uno de los más queridos-, Malvín, Punta Carretas.» Fue publicada en Montevideo (1992), Buenos Aires y México (1993), Madrid (1996) y Barcelona (2000), y traducida al alemán (1994), al checo (2000), y al portugués (1998).

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Mario

1971

La novela El cumpleaños de Juan Ángel es publicada en 1971, pero resume hechos que se fueron cocinando en el país a lo largo de más de diez años. Las movilizaciones estudiantiles y la violenta represión policial venían sucediendo desde mucho antes. La zona del Sportman, frente a la Universidad, la Biblioteca y cerca de otras facultades, es un verdadero hormiguero de estudiantes, pasto fácil para los represores. En 1968 ya había muerto Líber Arce, primer mártir estudiantil uruguayo, y poco más de un mes más tarde morían asesinados Hugo de los Santos y Susana Pintos, estudiantes, en una manifestación precisamente frente a la Universidad. No era raro entonces, ver siempre por allí a policías de inteligencia vestidos de paisano -llamados «tiras» en la jerga-, inútilmente camuflados de civil, rondando el Sportman o incluso dentro del mismo. Mario, asiduo al bar, los registraba.

1959

Pocos hechos han influido tanto en la visión política y humana de Mario como su viaje a Estados Unidos en 1959. Un viaje que, debido a sus Poemas de la Oficina, debió esperar: «De la embajada norteamericana me llamaron entonces invitándome a viajar a su país para ver, por ejemplo, teatro. Si, como nó. Pero llegado el momento me niegan la visa.1 En un periódico anarquista de Montevideo se habían publicado algunos de mis Poemas de la oficina, por cierto nada políticos. Y por eso ya me tenían fichado y me negaban la visa.» Finalmente, a los tres meses le conceden el visado y viaja.

Muchos pueden pensar que el pensamiento político y la posición que asume Mario frente a los Estados Unidos se funda en espíritu prepotente del gigante del Norte, sobre todo respecto a América Latina o en su adhesión a la Revolución cubana. Esto es cierto en parte, puesto que su defensa de Fidel y la Revolución es posterior al viaje. Lo que verdaderamente impacta al escritor y le hace percibir una realidad hasta ese momento ignorada es otra cosa: «Lo que me convirtió decididamente en antiyanqui fue el problema racial. Me pareció tan chocante... Confieso que no estaba preparado para enfrentar semejante situación. [...] No lo sabes mientras no estás allí y lo ves con tus propios ojos. El racismo cotidiano, el racismo práctico (y debe pasar lo mismo ante cualquier racismo), provocó en mí una indignación muy distinta del rechazo que ya sentía frente al racismo en abstracto. No se trataba del problema de El Negro, sino del problema de cada negro de carne y hueso y de cada hueso de ese negro.» En los cinco meses que duró su estadía, Mario tuvo suficiente tiempo para respirar una atmósfera que le repugnó. Visitó y convivió en una comunidad negra, y allí acabó por abrir los ojos, enterándose de detalles que lo consternaron. Mario llegó a confesar que el tema del racismo se había convertido casi en una obsesión. Un día, comiendo en Washington con Owen, un poeta negro, y viendo la insistencia que el uruguayo tenía con el tema del racismo, su colega le abre los ojos: «Qué curioso. A ustedes los latinoamericanos les obsesiona el problema del negro. ¿Sabe por qué? Yo llegué a la conclusión de que es debido a que el Departamento de Estado trata a los latinoamericanos como a negros». Mario se quedó mirándolo; en aquellas palabras encontró la clave de las relaciones entre Norte y Sur, la esencia de cómo eran concebidas por el país norteamericano: «En resumidas cuentas: el racismo va del brazo del imperialismo.» Mario hizo un repaso por los viáticos que percibía en aquel viaje: «A los europeos les daban 25 dólares diarios, a los asiáticos 18, y a los sudamericanos 11. Eramos el último orejón del tarro, como había sugerido Owen.» 3

El cuento «El resto es selva», incluido en Montevideanos a fines de ese mismo año, y el poema «Cumpleaños en Manhattan», escrito el día de su trigésimo noveno aniversario y publicado en Poemas del hoyporhoy en 1961, describen con bastante rigor las impresiones de Mario en aquel viaje. Dentro de ambos, no faltan las menciones a su querida Montevideo, la lluvia en Andes y Colonia o la rueda de amigos en el Sportman; lejos aún de los años del exilio, ya la añoraba. Unos cuantos años tarde, acerca del viaje y del poema, Mario confesaba: «Es la única vez que me dejaron entrar en Estados Unidos. Nunca más me dejaron entrar. Fue un 14 de septiembre, era mi cumpleaños y estaba solo, y verdaderamente me encontré, nosotros decimos, “como sapo de otro pozo”, porque no tenía nada que ver con aquello que me rodeaba. Entonces decidí trasladar mi cumpleaños a otro mes, porque éste no es mi cumpleaños; mi cumpleaños será con mi gente, con mi ciudad, con mis calles...». 4

1- ario Benedetti por Hugo Alfaro, Trilce, 1986. págs. 41-42
2- Op. Cit., pág 45

3- Ibíd. 2

4- Entrevista de José Carlos Rovira, en Diario Información, Alicante, 29 de marzo de 1993
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