Descubrí Montevideo
play

Descubrí el Centro

Palacio Estéves

La mirada de Mario

Palacio Estéves

Descubrí el lugar

Ubicado en Plaza Independencia 776, Florida, San José y Ciudadela. En 1837, el predio delimitado por las actuales calles San José, Florida y Ciudadela era propiedad de Atanasio Aguirre. En 1873, un financista porteño de ascendencia gallega llamado Francisco Candelario Estéves, lo compró y encomendó al Capitán de Ingenieros Eduard Manuel de Castel, la construcción de un palacete con un mirador en la azotea, desde donde se pudiera divisar el panorama hasta el puerto. La construcción finalizó en mayo de 1874, resultando una casona cuyo estilo combina lo dórico con lo colonial, en la que Estéves se instaló con su esposa Matilde Nin Reyes en el segundo piso, mientras que se destinó la parte que daba a la calle Ciudadela en alquiler al Consulado de Italia y la planta baja se alquiló para el establecimiento de varios comercios.
En 1878, tras la quiebra del comerciante Estéves, la casona pasó a manos del Banco de Londres y Río de la Plata, el cual la vendió al Estado por un valor de $130.000. Eran tiempos de la Presidencia de Lorenzo Latorre, quien destinó esta casa como sede de gobierno. La casona pasó por un período de refacción, a cargo del ingeniero Alberto Capurro, manteniendo el pórtico columnado al frente -de acuerdo a la legislación edilicia relativa al entorno de la plaza- y agregó el frontón triangular con el Escudo Nacional. Además, se remodeló el balcón principal, se amplió el acceso y las escaleras, se ensancharon salones y se eliminaron los miradores existentes. La obra fue inaugurada el 25 de mayo de 1880 por el entonces Presidente de la República, Francisco Antonino Vidal, en ocasión de la llegada a Montevideo de los restos del libertador argentino General José de San Martín. Desde ese momento y hasta el año 1985, el Palacio Estéves funcionó como la sede del Poder Ejecutivo.
En la década del cincuenta se realizaron otras reformas a raíz de la nueva Constitución que establecía un Ejecutivo Colegiado. A partir de 1985, el Presidente Julio María Sanguinetti trasladó la mayoría de las oficinas administrativas de la Presidencia al Edificio Libertad (el cual había sido construido en la época de la dictadura militar como sede del Ministerio de Defensa). Desde ese momento, el Palacio Estéves comenzó a llamarse Edificio Independencia y su función se reservó para desarrollar actividades protocolares y museísticas. Entre los años 1987 y 1989 fue objeto de la importante intervención a cargo del arquitecto Enrique Benech y del artista Manuel Espínola Gómez, en una obra ejecutada por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, bajo la dirección del arquitecto Nelson Colet.
Desde 1999 también es sede del Museo de la Casa de Gobierno, designando a una Comisión Asesora para su creación, la cual estuvo integrada por los arquitectos Enrique Benech, Ángel Ayestarán y Fernando Rodríguez Sanguinetti, siendo este último el director del Museo.
En 2009, a través del Decreto de Presidencia de la República del 14 de octubre de 2009, el Edificio Independencia adoptó el nombre “Edificio José Artigas” en un homenaje al prócer nacional.


Descubrí la Obra

El cumpleaños de Juan Ángel

Osvaldo Montes va creciendo, y con los varios años que cumple en un mismo día -a lo largo de la novela-, va tomando conciencia. Todavía no es Juan Ángel, aunque ya anda por los veinte años, y en la ciudad se comienza a percibir un clima de tensión, de anunciada violencia. La imagen es elocuente: los caballos de la Guardia Metropolitana hacen sus necesidades a las puertas de la mismísima Casa de Gobierno, metáfora y no tanto del golpe de estado que se gestaba.

«... la caballería de la metro que bostea ecuánime y sin complejos frente a la casa de gobierno» 1

El cumpleaños de Juan Ángel es, a grandes rasgos, el libro que cierra la trilogía de novelas que marcan la evolución del pensamiento de Mario, una suerte de transición de la ética a la política. La tregua habla de un país en descomposición, ante una burguesía entre egoísta y adormecida. En Gracias por el fuego la decadencia de la sociedad es total, pero asoman esperanzadores destellos de consciencia que pueden posibilitar un cambio. El cumpleaños de Juan Ángel, a la vez que transmite la intensidad con que se vivía en esos años, se asume el compromiso por la libertad y los valores que el autoritarismo y la corrupción estaban devastando. Escrita en verso, puede decirse que es la novela más experimental de Mario. Dedicada a Raúl Sendic, fundador de Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, se publica simultáneamente en México y Uruguay en 1971 con éxito, motivando en poco tiempo sucesivas ediciones en ambos países. En 1974 se publica en Argentina y dos años más tarde, en Cuba. Está traducida al inglés.


1- El cumpleaños de Juan Ángel, pág. 47

ANDAMIOS

Novela adentro, Andamios narra el proceso de desexilio de Javier Montes, en el que se reencuentra con su Montevideo. Una de las tantas caminatas por el Centro desemboca inevitablemente en la Plaza Independencia, donde vuelve a ver esos altos edificios que la rodean, todos de estilos diferentes, en el que destaca la «cuadrada sobriedad» del Palacio Estévez.

Andamios narra la historia del periodista Javier Montes que, en 1995, vuelve al Uruguay para recuperar su espacio interior en un país que le arrebataron por la fuerza. Según Mario, es una especie de inmersión de los personajes de La borra del café, que saltaron de sus páginas para construir esos andamios. Y aunque no la reconoce como autobiográfica, sí admite en esta novela algunas pinceladas personales: «Yo también fui un exiliado y lo pasé muy mal. El exilio político es diferente del económico. La muerte, si es forzada, también es una forma de exilio». Publicada en Buenos Aires (1996), México (1997), Madrid y Montevideo (2009), Barcelona (2015), y traducida al italiano (2006), y al portugués (2017).

Descubrí a

Mario

1971

Finales de la década de los sesenta, principio de los setenta, época de convulsión política a nivel nacional y también latinoamericano. En Uruguay rigen las Medidas Prontas de Seguridad, un estado de excepción donde los derechos civiles, además de ser restringidos legalmente, son avasallados ilegalmente por las autoridades. Están siendo años intensos en la vida de Mario también, dedicando menos tiempo a escribir, puesto que comienza a militar de forma activa en política.

En 1971 Mario y un grupo de intelectuales fundan el movimiento 26 de Marzo, que posteriormente se integraría a Frente Amplio:

«Esa fue una época muy dura, muy riesgosa, pero también muy irnportante como formación. Recorrí todos los barrios de Montevideo, varios pueblos del interior y la gente, aunque sabía que yo era el escritor fulano de tal, no me hacía preguntas de literatura, me hacía preguntas políticas, e incluso las pocas veces en que, como excepción, me hicieron preguntas sobre mis libros, sobre lo que había escrito, también me dieron una lección estupenda en el sentido que no tenían nada que ver con las preguntas que a veces me hacían los periodistas o los críticos; eran preguntas mucho más vitales, que tenían mucho más que ver con sus vidas, y eso fue para mí no solo aleccionante, sino estimulante y enriquecedor.» 1

No obstante quedarle poco tiempo para escribir, Mario colabora con los periódicos que hacen oposición, y ese mismo año, publica la novela El cumpleaños de Juan Ángel, escrita entre marzo y noviembre del año anterior. La novela es un éxito, a pesar de no estar escrita en prosa, y presenta, además, una estructura temporal sorprendente, donde un día es muchos años; en veinticuatro horas pasa todo:

«Creí que iba a ser una novela fantástica, el hecho de que el protagonista a través de una sola jornada fuera cumpliendo distintas edades; cuando se despierta está cumpliendo ocho años, y más tarde cumple doce, luego dieciocho, después veinticinco y por fin cuando termina la novela tiene treinta y tres o treinta y cuatro, pero siempre dentro del mismo día, de la misma jornada; a mí me pareció un elemento fantástico y como novela fantástica la empecé a escribir en prosa. Pero después me pareció que no era tan fantástico sino que era un elemento poético, ya que todo lo que va pasando en la novela, salvo ese problema de que va cumpliendo otras edades, todo es muy realista, son cosas que tiene la vida cotidiana; ahí no aparece ningún fantasma, ni ningún ángel caído del cielo, es muy realista; pero estaba aquello otro y a mí me pareció que era un elemento poético mas que fantástico, y siendo un elemento poético, ¿porqué no escribirlo en verso? A partir de ese momento en que vi claro que la tenía que escribir en verso se me solucionó la novela.» 2

1- Entrevista a Mario Benedetti, Margarita Fiol y Antonio Puertas, Revista Caligrama, 1984, Nº 1-2, p. 78
2- Ibíd. Op. Cit., pág. 77
Palacio Salvo
>
<
Plaza Independencia