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Parque Líber Seregni

La mirada de Mario

Parque Líber Seregni

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El Parque Líber Seregni (conocido originalmente como Parque Urbano durante su construcción), es un parque urbano ubicado en el barrio Cordón. Fue inaugurado el 16 de noviembre de 2009. Fue construido sobre una antigua estación central de tranvías que anteriormente ocupaba casi toda la manzana. Está rodeado por las calles Daniel Muñóz, Dr. Martín C. Martínez, Eduardo Víctor Haedo y Dr. Joaquín Requena. Su nombre proviene del General Líber Seregni, militar y político uruguayo fundador del Frente Amplio, preso durante la dictadura cívico militar y fallecido en 2004. Una placa en su honor se encuentra en uno de los extremos del parque. Con 6000 metros cuadrados, el parque-plaza cuenta con tres sectores bien diferenciados, que constituyen el área de parque, plaza y recreación. En el área del parque se encuentran diversas especies vegetales autóctonas y exóticas de Uruguay, mientras que en la parte de la plaza se encuentran la placa en honor a Líber Seregni, la explanada, una cascada y un estanque. En la parte de recreación hay una cancha de baloncesto y fútbol, una pista de skate y juegos para niños.

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GEOGRAFÍAS

El general Líber Seregni fue el primer Presidente del Frente Amplio, y cuando llegó la dictadura no marchó al exilio, y fue encerrado como prisionero por quienes eran sus antiguos camaradas del ejército. Permaneció en la cárcel hasta el 19 de marzo de 1984, año en que ya se estaban viendo algunos destellos de la recuperación de las libertades en el Uruguay. Lo unía a Mario una entrañable amistad. Como prueba de ese afecto mantenido férreamente en exilio, el escritor le dedica el libro Geografías el mismo año de su liberación: «A Líber Seregni/ en general/ y en particular». Publicado en 1984, Geografías es un contrapunto entre relatos y poemas, que navega por los temas habituales de toda la obra de Mario. Tal vez pueda ser definido como el último libro del exilio y y el primero del desexilio, o casi mejor, como una mezcla y transición entre ambos períodos, donde no faltan ni el dolor ni la esperanza. Se publicó por primera vez México y España, donde vuelve a editarse sucesivamente en los años siguientes. En 1990 aparece en Uruguay, y unos años más tarde en Argentina y Chile.

Descubrí a

Mario

1984


La relación entre Mario y el general Líber Seregni comenzó en los inicios de la década del setenta, época de plena efervescencia en el país y en la que el escritor dedicaba menos tiempo a la literatura y más a la actividad política. En 1986, Mario reconocía ante su amigo Hugo Alfaro: «A mí mismo me sorprende hoy comprobar cómo cubrí esa distancia. Me gustaba escribir, igual que ahora: hacer periodismo, mis libros, letras de canciones. No marginarse de ese mundo literario, tan activo en Montevideo: las lecturas, que hechas disciplinadamente llevan horas por día; el cultivo de las relaciones, escalonado en amigos, conocidos, peatones, adversarios y algún enemigo; las visitas morosas a las librerías. Una actividad gratificante, ardua y casi excluyente. Por supuesto yo era frenteamplista, era (y soy) seregnista. Pero mi vida cambió cuando no supe decir No a los compañeros. [...] Nadie más que yo es responsable por esa opción. Pero te apremian, a mí los compañeros me embretaron.» Desde su retiro de las Fuerzas Armadas, Seregni dedicaba su vida a la política, y el 5 de febrero de 1971 fue elegido como primer presidente del Frente Amplio. Aquellos años Mario -representando al Movimiento 26 de Marzo-, frecuentaba al General Seregni, contacto que permitió que la relación fuera profundizando más allá de lo político.

Luego viene el golpe de estado, el exilio de Mario y la prisión de Seregni. Desde el exilio, además de participar en múltiples actos y manifestaciones contra la dictadura uruguaya, denunciando las torturas y violaciones a los Derechos Humanos, Mario reclamaba por la liberación del general junto a la de los demás prisioneros del régimen, redactando y publicando manifiestos. Más allá de los lazos afectivos personales, Seregni era para el poeta una persona con un gran carisma, capaz de aglutinar en torno suyo las diferentes fuerzas del espectro progresista de la política uruguaya:

«En la órbita partidaria todo impulsa, hasta por sentido común, hacia la unidad interna del Frente. [...] Esa unidad sólo puede consolidarse en torno a la figura de Seregni.» 1

El mismo año de la liberación, 1984, Mario le dedicaría el libro Geografías, «en general y en particular». Ese mismo año Mario quiere adelantar el ansiado regreso al país, pero un sobrio consejo de Seregni le frena el entusiasmo: «En una circular que mandó el mismo Seregni, pedía que se tomara con calma la decisión de volver.» 188 No obstante, fue Seregni quien viajó a Madrid, a reencontrarse con el amigo. Veinte años después de aquel encuentro, el general Líber Seregni dejó esta vida; Mario recordaba al dirigente y al amigo, pero sobre todo, al hombre: «Pienso que Seregni fue, en sí mismo, una buena síntesis de los mejores rasgos de nuestro pueblo, por su sereno coraje y su templanza consciente, por su estilo sobrio y realista. Disfrutó así de una confianza mutua con su pueblo, y de ella supo extraer los elementos de su permanente y fecunda creación política, con un marcado signo artiguista que cultivó con orgullo.»

Fundación Mario Benedetti
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Monumento a los desaparecidos