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Descubrí Punta Carretas

Museo Zorrilla

La mirada de Mario

Casa Zorrilla de San Martín - Museo Juan Zorrilla de San Martín

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Rambla Mahatma Gandhi 125, y José Luis Zorrilla de San Martín. Esta hermosa casa de estilo netamente español, fue construida en dos etapas: la primera en 1904 y la segunda en 1921. Era la residencia veraniega del poeta, diplomático y periodista Juan Zorrilla de San Martín. La segunda transformación de la casa fue dirigida por su hijo, el escultor José Luis Zorrilla de San Martín, cuyo taller estaba en la casa lindera a lo que hoy es el museo. En 1936, cinco años después de la muerte de Juan Zorrilla de San Martín, la casa pasa a ser propiedad del Estado y se convierte en Museo; abre sus puertas al público en 1943. En 1975 la Casa de Juan Zorrilla de San Martín es declarada patrimonio cultural. El visitante podrá apreciar mobiliario, pertenencias y documentos que aportan un ilustrativo recorrido por la vida y época del «Poeta de la Patria». El Museo cuenta además con una sala de exhibiciones anexa en la que se desarrollan exposiciones temporales, ciclos de conciertos, lecturas y actividades relacionadas y coproducidas con otras áreas del Ministerio de Educación y Cultura.

http://www.museozorrilla.gub.uy/

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VIENTO DEL EXILIO

TRANVÍA DEL 29

El exilio fue un terreno donde la memoria de Mario se hizo fértil en los recuerdos montevideanos. Con nueve años, Mario viajaba todos los días desde Punta Carretas al Cordón, donde estaba su colegio. En ese mismo «Tranvía de 1929» viajaba un anciano de 74 años, otra gloria de las letras uruguayas.

« Allá en mis nueve años circulaban
dos tipos de tranvías
los amarillos de la transatlántica
los rojos de la comercial
pero aparte de que fueran alemanes o ingleses
había una tremenda diferencia
en la comercial viajaba yo
en la transatlántica unos desconocidos

el treinta y seis iba a punta carretas
y a las seis y cuarto de la mañana frágil
cuando se levantaba como niebla el rocío
yo lo tomaba a diario para asistir
al deutsche schule de la calle soriano

Era un horario para gente estoica
razón por la que íbamos sólo dos pasajeros
yo sentado adelante junto a la ventanilla
y bien atrás un viejo bajito y honorable
siempre de traje oscuro y con barba canosa
que leía su diario y jamás me miraba

Hoy me gusta pensarlo
aquel puntual usuario
seguro que tomaba el crujiente tranvía
en una vaga esquina del siglo XIX
pero en aquel entonces hubo alguien
mi padre
que dijo ése es el poeta nacional
ése es don juan zorrilla de sanmartín

Lo cierto
fue que el augusto nombre no me reveló nada
así que lo seguí considerando un viejo
bajo y de oscuro
ceño fruncido y barba
uno que diariamente compartía conmigo
el 36 de la comercial
poco después moría con todos los honores

Recuerdo que una tarde siendo ya adolescente
me introduje en su casa
que ya no era su casa sino apenas
el museo zorrilla
y me vinieron ganas retroactivas de hablarle
de sentarme con él
en el tranvía de las seis y cuarto

En este medio siglo por supuesto he leído
sobre su vida y obra
sobre su fe y talante

El tranvía sigue galopando en la niebla
con él viejo y yo niño
con él sólo y yo sólo

Pero nunca he sabido qué hacía tan temprano
en el tramo penúltimo de su cándida gloria» 1

Viento del exilio retrata en cada uno de sus poemas las distintas formas de la distancia. El ejercicio poético de Mario rescata también en estas páginas la esperanza del exilio: el fin de la partida y el regreso, que es el desexilio. Se publicó por primera vez en México y Medellín, en 1981, dos años más tarde en España, al año siguiente en Argentina y en 1985 en Venezuela. Recién en 1988 fue publicado en Uruguay.

1- La borra del café, pág 66.

Descubrí a

Mario

1929

«“Tranvía de 1929” es uno de mis pocos poemas autobiográficos. De chico iba por la mañana muy temprano, como a las seis y cuarto, a un colegio alemán; Zorrilla, un hombre muy religioso, se dirigía a la dirección de un diario católico. Éramos los dos únicos habitantes del tranvía cada mañana. Yo lo observaba, porque estaba muy impresionado por su barba canosa, pero él no me daba ninguna importancia, ni me miraba. Era un viejo bajito, siempre de traje oscuro, que leía su diario. Después, con los años, me hice muy amigo de China y por eso le dediqué ese poema, porque Zorrilla de San Martín era su abuelo.» 1

1- Reina Roffé: Entrevista a Mario Benedetti, en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 597 (marzo 2000), pág. 100

LOS BARRIOS
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