Descubrí Montevideo
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Descubrí Cordón

Templo Iglesia Metodista

La mirada de Mario

Templo Central de la Iglesia Metodista

Descubrí el lugar

Constituyente 1454, esq. Dr. Javier Barrios Amorín.

En el año 1900 la comunidad que formaba la Iglesia Metodista adquiere un terreno -actual emplazamiento-, para la construcción de un templo. En 1903 se colocó la piedra angular de la iglesia metodista, que aún puede apreciarse. La construcción estuvo a cargo del Ing. Adolfo W. Shaw, de los arquitectos Celso Bassignano y Norrone y de Silvestre Soldini; también intervino el Ing. Luigi Andreoni, testimonio de ello es la disposición de los ventanales. Se inauguró el 30 de marzo de 1913. El Templo Metodista es un verdadero mojón no sólo en el espacio urbano en el cual se emplaza, sino para la ciudad en su conjunto, donde sobresale su esbelta torre la cual dialoga con los demás campanarios de la época que se encuentran próximos. En 2005 fue declarado Monumento Histórico Nacional.

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LA CASA Y EL LADRILLO - CASAMIENTO

BODAS DE PERLAS

En La casa y el ladrillo Mario recorre y rememora su vida en Montevideo, versos forjados con la dolorosa tinta del exilio. Escribe a Montevideo y sus lugares, a los afectos, y a los treinta años -treinta marzos, treinta puentes-, de su boda con Luz, cumplidos un año antes de la publicación del libro, y que lo encontraron lejos. Con humor y a veces con crudeza, «Bodas de perlas» relata la hermosa historia que les tocó vivir, desde el inicio hasta esos días, sin olvidarse del entorno, de cómo han cambiado los tiempos, las personas y el mundo en esas tres décadas de amor. En sus diálogos con Osvaldo Ferrari, Jorge Luis Borges dice que acaso la distancia puede actuar como inspiradora, y que tal vez

«el único modo de estar emotivamente en un lugar es no estar físicamente, ¿no?»1

Algo de esto parece ser lo que ocurre con Mario y Montevideo en el exilio, período durante el cual fue escrito La casa y el ladrillo. Un libro donde aflora la nostalgia por la ciudad toda, por sus calles y zaguanes, por el río omnipresente, por los amigos que están presos o muertos. La ciudad que le fue quitada, y que en esos días duerme bajo el cielo de una dictadura que la hace todavía más dolorosamente lejana. El cuerpo de Mario no está en Montevideo; su corazón sí. En La casa y el ladrillo, publicado en México en 1977, empiezan a aparecer los primeros versos de Mario marcados por el tema del exilio, que junto al desexilio son circunstancias que envolverán gran parte de sus textos de aquí en adelante. Este poemario es, para muchos, el más importante acerca del exilio.


1- En diálogo II, Jorge Luis Borges/Osvaldo Ferrari, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005, pág. 245.

POEMAS DEL HOYPORHOY

UN PADRENUESTRO LATINOAMERICANO

«Un padrenuestro latinoamericano» no es ni un simple remedo ni una parodia de la oración cristiana original, sino más bien una paráfrasis pasada por el crítico tamiz de Mario. Una vez más la ausencia de Dios está presente, un Dios que está exiliado, que se olvida del humano en la Tierra, y cuya voluntad es cuestionada. Escrito en 1960, describe la situación política, económica y moral de un continente que está empezando a sangrar, incluso a pesar de Dios. Para Mario, «Dios se quedó dormido».

Poemas del hoyporhoy, cuarto libro de poesía de Mario, recoge poemas escritos entre 1958 y 1961. Es un libro que marca el inicio de temas que luego sobrevolarán el resto de su obra: la injusticia social, los ricos, los desheredados, la corrupción, la desigualdad de oportunidades, y también la experiencia de su primer visita a los Estado Unidos. Se trata de un libro que más tarde sería enmarcado en la llamada «poesía social», con versos a veces crudos y directos, a veces sutiles e irónicos. Se publicó por primera vez en Montevideo en 1961, y posteriormente en España (1988) como parte de le Biblioteca Mario Benedetti. También se editó una versión conjunta con Poemas de la oficina, publicada en Madrid (1984), México (1988), Buenos Aires (1993), Barcelona (2000) y Montevideo (2001).


1- En diálogo II, Jorge Luis Borges/Osvaldo Ferrari, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005, pág. 245.

Descubrí a

Mario

1946 - CASAMIENTO


El 23 de marzo de 1946 Mario y Luz pusieron fin a un noviazgo de doce años. Una estrofa del poema «Bodas de perlas» sintetiza el nacimiento de esa historia de amor que durará sesenta años:

cuando la conocí
tenía apenas doce años y negras trenzas
y un perro atorrante
que a todos nos servía de felpudo
yo tenía catorce años y ni siquiera perro
calculé mentalmente futuro y arrecifes
y supe que me estaba destinada
mejor dicho que yo era el destinado
todavía no se cuál es la diferencia
así y todo tardé seis años en decírselo
y ella un minuto y medio en aceptarlo >

El noviazgo fue firme y soportó dificultades, como la separación obligada cuando, por trabajo, Mario debió instalarse en Buenos Aires:

pasé una temporada en buenos aires
y le escribía poemas o pancartas de amor
que ella ni siquiera comentaba en contra
y yo sin advertir la grave situación
cada vez escribía más poemas más pancartas
realmente fue una época difícil

No falta en la historia del noviazgo -como en cualquier relación de aquellos años-, el ojo vigilante de la futura suegra, aludido con humor también en el poema. Durante el tifus que padeció Mario, Luz cuidó amorosa y tiernamente de aquel hombre enflaquecido y con «barba de ciruja», incluso prodigándole «besos antihigiénicos». Poco tiempo después vendría el ingreso a la Ex-Industrial Francisco Piria y prácticamente al año, el casamiento, que en un principio estaba planeado en una iglesia católica. Al ir a inscribirse, le solicitaron a Mario un certificado bautismal que le fue complicado conseguir, y la ceremonia tuvo por fin lugar en el Templo Metodista de Montevideo.

íbamos a casarnos por la iglesia
y no tanto por dios padre y mayúsculo
como por el minúsculo jesús entre ladrones
con quien siempre me sentí solidario
pero el cura además de católico apostólico
era también romano y algo tronco
de ahí que exigiera no sé qué boleta
de bautismo o tal vez de nacimiento
si de algo estoy seguro es que he nacido
por lo tanto nos mudamos a otra iglesia
donde un simpático pastor luterano
que no jodía con los documentos
sucintamente nos casó y nosotros
dijimos sí como dándonos ánimo
y en la foto salimos espantosos» 1

Con los años, la Iglesia Metodista se sintió honrada de haber casado a Mario, y prueba de ello es que su web ofrece «Un Padrenuestro Latinoamericano»2 , incluido en Poemas del hoyporhoy (1961). Al pie del poema, la foto de los jóvenes Luz y Mario recién casados.

1- Bodas de perlas. La casa y el ladrillo, pág. 85
2- Un Padrenuestro Latinoamericano. Poemas de la oficina/poemas del hoyporhoy, pág. 57
Teatro El Galpón
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