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Los Barrios

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Ciudad Vieja

La Ciudad Vieja hoy es un barrio vivo y fascinante nacido a partir del casco antiguo de Montevideo, por lo que bien podría ser considerado «capital de la capital». Sus patrimonios arquitectónico e histórico son inestimables, donde se han ido mezclando estilos, formas de vida, oficios, actividades culturales y mercantiles, para desembocar en lo que hoy es un paseo ineludible. Hasta el año 1829 una muralla protegía a la primitiva Montevideo de los posibles enemigos. De aquella muralla sólo queda la Puerta de la Ciudadela, construida en 1742 y recuperada en varias etapas. Algunas demoliciones y obras en construcción han propiciado, de forma casual, el hallazgo de restos de la muralla, lo que ha llevado a arqueólogos e historiadores a reconocer e investigar esos lugares, parte viva de la historia de la ciudad.
Este barrio presenta una variadísima oferta de actividades en diferentes áreas: artística, cultural, histórica, paisajística, arquitectónica y gastronómica.

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Centro

Como una expansión natural de la Ciudad Vieja, una vez demolida la muralla del casco antiguo (1829), surgió la Ciudad Nueva. Como eje de ésta y prolongación del camino más importante de la parte vieja, nació la Calle Principal, hoy Avenida 18 de Julio. Su nombre se origina en la Jura de la primera Constitución de la República, el 18 de Julio de 1830. En torno a ella se desarrolló el barrio del Centro, así llamado no por ser el centro geográfico de la ciudad, sino -como ocurre en muchas otras urbes-, por concentrar las actividades comerciales y burocráticas de la ciudad. Podría decirse que el resto de la ciudad se fue generando a partir de este barrio, que a partir de entonces sufrió permanentes transformaciones.
El Centro de Montevideo tiene valores estéticos relevantes, con edificios de primerísima línea a nivel mundial; es convivencia de lo viejo y lo nuevo, donde las arquitecturas modernas mantienen una relación armónica con las eclécticas y las intervenciones contemporáneas. Las calles del Centro están pobladas de recuerdos conocidos: la exuberancia del eclecticismo, las tracerías modernistas, la verticalidad y geometrización del déco así como el despojado racionalismo. Sus hermosas plazas dan el necesario respiro al agobio edilicio. No hace demasiados años, ir al Centro era un verdadero ritual. Se iba por trabajo, negocios, pero también de compras, a tomar algo, al cine, al teatro o simplemente de paseo, a mirar vidrieras. El Centro era el principio y la referencia, al punto que la plaza de Cagancha marca el kilómetro cero del sistema vial de todo el país.

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Cordón

Continuando ese eje del Centro que es la Avenida 18 de Julio discurre el barrio del Cordón. En el siglo XVIII, cuando era sólo campo destinado al cultivo de maíz, la zona era llamada «Cardal» debido a la proliferación de esta planta. A mediados de ese siglo se demarcaron terrenos para que fueran habitados, utilizando cordones para marcar los límites; de ahí el nombre del barrio.
Ya en el siglo XIX y hasta entrado el XX se estableció un modelo de vivienda que puede apreciarse alejándose de 18 de Julio, casas de techos altos, patios centrales con claraboya, zaguán y balcones de hierro o mármol. Se denominó a este tipo de vivienda «arquitectura estandarizada popular», y del Cordón se extendió a otros barrios cercanos como La Aguada y La Comercial. Por la lógica razón de que la población y las actividades fueron creciendo, el Centro ya fue quedando chico para acoger instituciones públicas que iban haciendo necesarias, así como comercios, teatros, oficinas, y otro tipo de edificios, por lo que éstas se fueron integrando en el Cordón.

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Futbol

El Centenario es uno de los estadios más importantes en el desarrollo deportivo de Sudamérica y del fútbol internacional. Fue construido especialmente para la organización de la Copa Mundial de Fútbol de 1930, por trabajadores inmigrantes en un tiempo récord de 9 meses. Su nombre se origina en la celebración de los 100 años de la jura de la primera Constitución del Uruguay. Es el estadio con mayor capacidad del país y uno de los quince más grandes de América. En 1983 fue reconocido oficialmente por la FIFA como Monumento Histórico del Fútbol Mundial, siendo la única construcción de esta índole en todo el orbe. Desde su inauguración en 1930, el estadio Centenario es utilizado por la Selección de fútbol de Uruguay en los partidos en que le toca ejercer la localía, además de los equipos uruguayos que soliciten hacer lo mismo. Debajo de su tribuna Olímpica funciona la Escuela Pública Nº 100, Héctor Fígoli.

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Aguada

Nacido en torno a sus arenales, pródigos en las muy necesarias fuentes y pozos de agua, es, después de la Ciudad Vieja, uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Como testimonio de esos lejanos tiempos han quedado dibujos de viajeros ingleses y franceses, que evocan el acarreo de agua por parte de los aguateros que se encargaban de llevarla a la ciudad. Por esos lejanos días del siglo XVIII, la zona presentaba un aspecto semirrural con vastos arenales y playas. No puede olvidarse que la actual Aguada, en gran parte, ha sido construida sobre tierras ganadas a la bahía. En torno a aquellas fuentes, poco a poco se fue instalando la población, haciendo que la fisonomía del barrio cambiara aquel primitivo paisaje silvestre y natural. Hoy es un barrio surcado por grandes avenidas, con algunas casas centenarias y otras construcciones que han ido resistiendo el paso de los años, a las que se han ido sumando nuevos edificios que reflejan la evolución de los tiempos.

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La comercial

En sus orígenes fue un barrio de quintas adonde con el tiempo llegaron y se fueron estableciendo mayoritariamente inmigrantes italianos. A finales del siglo XIX se lo conocía como "La Humedad" debido a que un ramal del arroyo Seco anegaba los bajos. A fines del siglo XIX, una empresa llamada "La Comercial" fraccionó y vendió los lotes de parcelas para comenzar la construcción de viviendas, siendo éste el probable origen del nombre actual de la zona. Tiene algunos puntos de interés, unos pocos compartidos con Tres Cruces, barrio que puede considerarse «hermano» de La Comercial debido a su vecindad geográfica y a la constante interacción entre ambos distritos. Un paseo por sus tranquilas calles y sus casas de una planta también puede resultar atractivo.

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Parque Rodó

El barrio nace de la progresiva afluencia de población a la denominada playa Ramírez, nombre que deriva del patrimonio de José Ramírez Pérez, quien instalara en los terrenos cercanos a la playa que hoy lleva su nombre, un saladero que funcionó hasta 1883. Ramírez supo de ser una playa apreciada por sus baños, y los terrenos aledaños se fueron poblando poco a poco. Sobre fines del XIX se crea el Parque Urbano, ornado con arbustos y árboles jóvenes, e instalándose juegos para el divertimento público. En 1889 se inauguró la «Montaña Rusa», una verdadera sensación para la época. Una publicación londinense de 1912 lo describía de este modo: «El Parque Urbano es casi el único del mundo que tiene como complemento de su belleza una playa tan hermosa como la playa Ramírez. Existe en este parque un magnífico hotel llamado Parque Hotel que costó $ 790.000 oro y que por su majestuosidad y lujo tal vez sea uno de los primeros de Sud América.» Hoy el barrio Parque Rodó es una transición entre el descanso y la agitación, la playa y el asfalto, la diversión y el agobio, la tranquilidad y la preocupación.

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Punta Carretas

Punta Carretas es un privilegiado barrio al Sur de Montevideo, con mezcla de casas señoriales, amplios espacios verdes, edificios altos y modernos, calles tranquilas y una franja costera caracterizada por sus rocas. Posee un cabo sobre el Río de la Plata, cuyas masa rocosa bajo el agua provocó varios naufragios, lo que motivó que los marinos la llamaran «Punta Brava». El nombre de Punta Carretas tiene orígenes confusos: unos sostienen que las rocas del accidente geográfico, vistas desde el mar, ofrecen la silueta de una carreta, mientras que otros lo adjudican al tránsito chirriante de lentas carretas que acudían a un saladero establecido allí alrededor de 1830. Lo cierto es que la denominación de Punta Brava es una denominación en desuso, quedando relegada al orden topográfico, marino y hasta poético, mientras que el uso popular ha propiciado que el nombre oficial sea Punta Carretas. Barrio con larga historia, su costa siempre ha sido amable con los pescadores, oficio que hasta el día de hoy siguen ejerciendo algunos pescadores artesanales. Su fisonomía ha ido variando, pasando de ser prácticamente un despoblado en 1880, hasta el día de hoy, donde altos edificios forman una especie de muro que rompe la planicie de la Rambla. Hubo allí una penitenciaría, el Penal de Punta Carretas, que funcionó entre los años 1915 y 1986. La existencia de esa cárcel fue demorando la población de la zona, que recién se consolidó como barrio alrededor del año 1950. En 1994 el predio de la prisión -que constaba de seis manzanas-, dio paso a un centro comercial. Esta aparición ha modificado sustancialmente la vida del barrio, encareciendo el precio de las viviendas y atrayendo grandes inversionistas.

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Malvín

Al igual que otros barrios, Malvín fue zona de saladeros. Precisamente su denominación proviene, por deformación, del segundo nombre de Juan Balbín González de Vallejo, quien tenía su establecimiento en dicho paraje. Con motivo del desarrollo de Los Pocitos como zona balnearia, se mudó el trabajo de los lavaderos a los desiertos campos de Malvín. Allí frente a la Punta, hoy llamada del Descanso, en 1896, Francisco Piria fundó el barrio Lavaderos del Este, destinado a este gremio. El lugar se empezó a poblar de viviendas precarias de las lavanderas, en su mayoría de raza negra, que llamaban al barrio como «Balbín», el acaudalado personaje dueño del saladero. El nombre se fue deformando y quedó «Malvín», abarcando a todo el barrio. Hacia 1917 quedó habilitada la primera vía de acceso que tuvo el barrio, la calle 18 de Diciembre. Poco después se abrió la Rambla y se asfaltó la calle Orinoco. Llega también el tranvía y la luz eléctrica, y los médanos y zanjones van desapareciendo al abrirse nuevas calles. En la década del veinte veranean en la costa malvinense grandes fíguras populares del Río de la Plata como Gardel, Leguisamo, Francisco· Canaro y Francisco Maschió, entre otros. Hoy Malvín constituye una de las zonas residenciales más cotizadas de Montevideo, con un progreso edilicio importante.

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Capurro

En el Oeste de Montevideo, contra la bahía, se extiende el barrio de Capurro. Debe su nombre a Giovanni Battista Capurro, un marino mercante nacido en las cercanías de Génova, que se instaló en el lugar sobre 1830. En la margen izquierda de la desembocadura del arroyo Miguelete, el armador genovés adquirió un predio donde edificó una casa quinta con una superficie de 24 cuadras, que pobló de árboles y pájaros. La casa de Capurro estaba frente a la playa antiguamente denominada «Honda», sobre la bahía misma. Capurro fue un barrio rico en altos médanos y pozos de agua dulce, continuación natural de los pozos de la Aguada, pero tanto la arena como el agua dulce fueron explotados por el emergente empresario italiano. Los buques de ultramar que regresaban sin carga a Europa y necesitaban lastre, -además de agua dulce-, eran abastecidos por Giovanni Battista, que vació de arena el lugar hasta dejar la playa prácticamente tan angosta como podemos verla hoy. El emprendedor italiano conoció la prosperidad a través de varios negocios. Muerto en 1872, sus hijos Juan Alberto y Federico lo sucedieron y fueron pioneros en el desarrollo industrial del barrio, destacándose en varios ramos. Con varios grandes proyectos aún en pañales, sobrevino la crisis de 1890, un fuerte revés del que los Capurro no se pudieron recuperar. Cesaron sus actividades comerciales y fabriles, y su extensa propiedad de 24 manzanas, fue fraccionada y vendida quedando sólo el solar donde estaba edificada la casa quinta de la familia. A comienzos del siglo XX, la casa fue alquilada a la Dirección General de Instrucción Pública para sede de las Escuelas 47 y 108. Actualmente, la moderna sede de dichos establecimientos educacionales ha sustituido la antigua edificación de los Capurro. Con el tranvía a caballo, la zona se convirtió rápidamente en balneario, cuyas instalaciones se concretaron en 1900. En 1910 se inauguró el Parque Capurro, corazón del barrio, olvidado durante muchos años pero hoy felizmente recuperado para la zona y la ciudad.

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Prado

Los orígenes del barrio se remontan al siglo XVIII, siendo una zona dedicada fundamentalmente a la agricultura. Los predios regados por el arroyo Miguelete y la tierra virgen y fértil permitían a los primeros colonos buenas cosechas anuales de legumbres, hortalizas y frutas. En 1849 llega al lugar un hombre que será trascendental para la zona: José de Buschental, y levantó en lo que hoy es el Parque del Prado su quinta del Buen Retiro, que contenía su residencia, parque, jardín, caballerizas y cabaña de animales de raza. Buschental es uno de los grandes responsables de la multitud de árboles que aún hoy existen en el Prado. En 1872 fue rematada y adquirida por Adolfo del Campo, que la denominó Prado Oriental y la libró al público al año siguiente. En 1889 fue expropiada por el Gobierno para dedicarla a paseo público. Se crearon el Jardín Botánico y la Rosaleda. La zona cuenta con tres estadios de fútbol: Parque José Nasazzi, Parque Federico Saroldi y el Parque Alfredo V. Viera, pertenecientes al Club Atlético Bella Vista, Club Atlético River Plate y Montevideo Wanderers, respectivamente. En uno de los extremos y sobre el arroyo, se levanta el Parque Posadas, que ocupa un predio de 10 hectáreas y cuenta con un poco más de 2.000 apartamentos, lo que prácticamente conforma un sub-barrio dentro del barrio.

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Barrio Colón

Ubicado al Norte de la ciudad de Montevideo se encuentra el barrio de Colón, que nació de la fusión de dos localidades más pequeñas: Villa Colón y Pueblo Ferrocarril. Villa Colón no nació de a poco, alrededor de un cruce de caminos, de una capilla o de una pulpería, como era habitual que se formaran los pueblos, sino que fue fundada por un acto voluntario de un grupo de personas.
Al principio se trataba de una villa de «recreo», un lugar para descansar del trajín de la ciudad. Tras los eucaliptos y las anchas avenidas, y detrás de las pilastras de entrada a la futura Villa, fueron surgiendo las casas, y los cuatro chalets primitivos construidos por los fundadores pronto tuvieron la compañía de hermosas residencias. El pueblo fue progresando constantemente: llegó el tranvía -años más tarde el autobús-, se alquitranaron caminos, y en 1924 se inauguraron los servicios de luz eléctrica en la zona.
Con los años, y de la mano del español Federico Vidiella, Colón vio florecer la industria vitivinícola, emblema del lugar. Tras Vidiella, cientos de granjeros se establecieron en la zona plantando viñas y produciendo vino. Un monumento honra la memoria de aquel visionario español, en la plaza que lleva su nombre y que es la principal del barrio. Colón conservó durante décadas del siglo pasado, su atmósfera semirrural y tranquila, pero la moda de la costa -con el esplendor de Pocitos primero y más adelante Carrasco- liquidaron para siempre su condición de barrio residencial. Muchas grandes casaquintas han sido demolidas, surgiendo en esos vastos terrenos viviendas hechas en forma cooperativa por sectores populares de la población. Sobre la Avenida Lezica y a pocas cuadras de la plaza Vidiella, todavía quedan algunas de aquellas soberbias casas finiseculares con sus jardines húmedos y melancólicos.

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Cafés

Aunque Mario nunca fue un bohemio u «hombre de boliche», le gustaba sentarse a la mesa de un bar, junto a una ventana a ver pasar la gente, a observar el movimiento de la ciudad. Dentro de esos lugares solía visitar el Sorocabana, donde escribió La tregua; Las Misiones, de fachada modernista; el Restaurant La Bolsa, desde 1954, el Sportman, que en los 70 era un verdadero hormiguero de estudiantes y también el San Rafael, donde invariablemente iba cada día a almorzar.